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Un embarazo es una etapa mágica.Tanto padres como madres descubren un mundo completamente nuevo mientras una vida se gesta en el interior de la mamá. 

Aun así, para las mujeres no siempre es fácil. Náuseas, hinchazón, cambios hormonales, dolor articular, pérdida de movilidad y equilibrio… son algunas consecuencias del embarazo. 

Tenemos la clave para combatir estos síntomas: aquagym para embarazadas.

 

Siempre es necesario consultar al ginecólogo antes de emprender cualquier actividad física para asegurarnos de que no tenemos ninguna condición que lo contraindique y que el bebé y la madre están a salvo.

No obstante, la natación y el aquagym son actividades físicas de bajo impacto ampliamente recomendadas durante el período de embarazo, sobre todo del segundo trimestre al octavo mes de gestación.

 

De todos es bien sabido que la natación es uno de los deportes más completos y saludables que hay, pero durante el embarazo es incluso más beneficioso. Os planteamos algunas de estas ventajas que harán que cualquier madre salte a la piscina y practique aquagym en los meses de embarazo.

1. Sensación de ligereza: una de las cosas que más notan las madres durante el embarazo es el aumento de peso. Una persona crece en su interior y los músculos han de hacer más esfuerzo para cargar con todo el peso que esto conlleva.

En el agua, esta sensación de pesadumbre que va creciendo a la par que el bebé se anula por completo. Dentro de la piscina cualquier mamá se siente liviana cual pluma. Esto se refleja en la relajación de la columna y los hombros, que suelen curvarse durante el período debido al peso de la barriga.

2. Recuperación de la movilidad: flotar reduce la tensión en la espalda y permite que nuestro cuerpo entero se relaje y alivie las contracturas que puede provocar el peso de la tripa. Con los movimientos y estiramientos adecuados durante una clase de aquagym se notará que esta movilidad también mejora fuera de la piscina.

Además, el aquagym puede practicarse en cualquier punto del embarazo, da igual lo grande que sea la tripa. Esto también es beneficioso para poder llevar una actividad física constante durante toda la gestación y mantener la línea.

Otro factor relacionado con el movimiento es el equilibrio. El cuerpo tarda en adaptarse al “nuevo” estado, y a veces el peso de la barriga puede desequilibrar. Dentro del agua este problema también se elimina, algo que se agradece sobretodo hacia el final del embarazo. Con actividades acuáticas como el aguagym nuestro equilibrio no nos jugará malas pasadas. 

3. Alivio de los síntomas típicos del embarazo: hay muchos remedios efectivos para las náuseas y nadar es uno de ellos. Durante el principio, del embarazo cuando los mareos y vómitos están más presentes, nadar reduce sus efectos y ayuda a que la madre se sienta mejor. Además reduce los dolores de espalda y  la hinchazón de piernas y pies, otra de las consecuencias más molestas del embarazo.

Los sofocos y la temperatura corporal alta también se pueden neutralizar gracias a la natación. Bañarse de forma regular ayudará a controlar y regular los cambios de temperatura repentinos y sofocos que se sufren durante el embarazo, cosa que también beneficiará al bebé.

A parte de los síntomas más físicos del embarazo, la natación y la práctica de aquagym también nos ayudan a reducir los niveles de estrés y a mejorar el sueño. Algo indispensable para la salud de la mamá y el bebé.
4. Fortalece musculatura y articulaciones: Nadando ejercitamos todo el cuerpo. Esto aporta beneficios cardiovasculares para ambos madre y bebé. Se mejora la absorción de oxígeno y la circulación de la sangre, así como la resistencia y la fuerza del corazón.

Durante las clases de aquagym también se practican ejercicios para mejorar la fuerza y flexibilidad de ciertas zonas clave como pueden ser la pelvis, los abdominales, el pecho o la espalda. Reforzar estas zonas será de gran ayuda durante el parto y durante la recuperación.

Ya sea aquagym u otro tipo de deporte, es necesario darle mucha importancia al calentamiento previo a la actividad física. 

Durante el embarazo el cuerpo tarda más en recuperarse después de hacer ejercicio, pero también tarda más en adaptarse a la actividad. Es por eso que hay que dedicarle más rato de lo habitual a calentar – pausada y tranquilamente – si se practica deporte durante el embarazo.

Si antes de estar embarazada se practicaba algún deporte, puede continuarse con este deporte en cuestión, pero bajando el ritmo. Es muy importante no llegar al punto de fatiga, ya que es entonces cuando se produce ácido láctico que resulta tóxico para el bebé.

Por último, es conveniente ser constante y realizar actividad física durante el embarazo. Se recomiendan unos 30 minutos al día durante la gestación, ya sean 30 minutos seguidos o repartidos a lo largo de la jornada.

Con esta práctica, los 9 meses de embarazo se harán muchísimo más llevaderos. ¿Quieres saber más o empezar a practicar aquagym? Ponte en contacto con nosotros.